Septiembre no es un mes más, es el mes de la vuelta al colegio, instituto, universidad o trabajo tras el periodo estival, es decir, es el mes del llamado Síndrome postvacacional, esa ansiedad difusa e indefinida, incremento de la irritabilidad, sentimientos de nostalgia, problemas de sueño y malestar general frecuentes, que podemos sentir durante estos días.
Aunque nos puede parecer algo nuevo y fruto de nuestro actual estilo de vida, en los años 50 del siglo pasado la revista Phychoanalytic Review ya hacía mención a un holiday syndrome como aquel que se daba desde unos días antes al Día de Acción de Gracias hasta unos días después del Año Nuevo, asociado al regreso tras una larga temporada de vacaciones.
Pero si bien el regreso de las vacaciones produce síntomas difusos que pueden afectar no sólo a nuestra salud, sino también a nuestro bienestar diario, éstos no pueden ser considerados como un síndrome o una enfermedad en sí mismos, pudiendo interferir en las actividades laborales o escolares de quién las padece hasta las dos primeras semanas tras la reincorporación de nuestro periodo de descanso.
Otra cuestión sería que a estos síntomas se unieran otros aspectos relacionados con nuestro entorno laboral o académico, como pudiera ser el estrés, bullyng, acoso en el trabajo, etc., lo cual si debe ser tratado en un contexto terapéutico adecuado.
Sabiendo que el conjunto de estos síntomas que podemos padecer tras nuestro regreso de vacaciones no son ni un síndrome ni una enfermedad, la pregunta que tanto nos hacemos es ¿cómo puedo hacer para mitigar este estado en el que me encuentro? Pues la verdad es que no existe una varita mágica ni soluciones milagro para ello, si bien podemos seguir una serie de consejos:
- Debemos intentar anticipar nuestra vuelta de las vacaciones 1 o 2 días antes de nuestra incorporación a la rutina para que el cambio sea más paulatino.
- Iremos adaptando las horas de sueño poco a poco al horario habitual de trabajo.
- Nuestra incorporación al trabajo o estudios intentaremos que sea lo más suave posible.
- Intentaremos mantener ciertas actividades sociales y recreativas, evitando centrarnos únicamente en lo laboral o académico.
- Puede sernos de gran ayuda la práctica de algún tipo de actividad física suave, así como técnicas de relajación y/o meditación.
Mindfulness hace referencia a la capacidad humana para ser conscientes de los contenidos de nuestra mente momento a momento. A partir de su principios y prácticas, podemos realizar una serie de acciones que nos ayudarán a afrontar de una mejor manera nuestra vuelta al trabajo o escuela:
- Dedica un tiempo para organizar las cosas.
Tómate las primeras horas de vuelta a la rutina para ubicarte, resituarte y organizar lo que tienes que hacer: ordena tu espacio de trabajo, tómate un café o tu infusión, limpia tu bandeja de emails, etc. Sin prisas y prestando atención a ese momento sin anticipar lo que está por venir. No quieras correr ni ir más rápido de lo que te puedas permitir en ese momento. - Hazte un planning para la jornada.
Es importante que tras la primera toma de contacto, identifiquemos las tareas que tenemos que realizar y que las clasifiquemos por orden de importancia. Y no sólamente eso, sino que hagamos una de estas tareas y luego otra, y así sucesivamente, manteniendo el foco en cada una de ellas.
Esta lista de tareas debe estar siempre a nuestra vista para evitar que nuestra mente empiece a divagar y nos pongamos a realizar otras acciones. - La importancia de las pausas.
Es importante que tomemos pausas regulares, aunque pensemos que no las necesitamos en ese momento, con el fin de que nuestra mente se encuentre relajada y con la capacidad de mantenerse presente en la tarea que estamos realizando.
Estos descansos deben permitir relajarnos, por lo tanto debemos evitar durante ellos actividades que nos estresen y nos lleven a perder la calma. - Ponerse al día con los compañeros y compañeras.
Una buena manera de ir calentando motores con la rutina es ponerse al día con los compañeros y compañeras de trabajo, compartiendo con ellos y ellas cómo han sido nuestras y sus vacaciones, experiencias y anécdotas divertidas de las mismas. Ésto nos ayudará a reducir el estrés que inevitablemente padeceremos con nuestra vuelta a la rutina. - El trabajo, en el trabajo.
Como norma general, debemos evitar llevarnos trabajo a casa, ya que ésto puede generar estrés familiar al mismo tiempo que no conseguiremos la relajación que se busca cuando llegamos a casa después de un largo día de trabajo. Pero en estos días después de las vacaciones debemos ser estrictos con esto.
Dar prioridad a nuestra vida personal cuando salimos de nuestro trabajo o centro de estudios nos ayudará mentalmente a desconectar de nuestras actividades rutinarias, lo que repercutirá en una mayor eficiencia y desempeño de los mismos.
Beneficios de Mindfulness para la vuelta al trabajo
Mindfulness es una habilidad psicológica (García Campayo 2015) que se articula en dos componentes centrales: por una parte la regulación de la atención para mantenerla centrada en la experiencia inmediata y, en segundo lugar, tener una actitud de curiosidad, apertura y aceptación de la experiencia. Con ello aprendemos a no reaccionar automáticamente al estímulo que se está percibiendo.
La práctica del Mindfulness, según Simón (2011), produce cambios permanentes en el funcionamiento cerebral, pero el primer efecto que podemos percibir con ello es la capacidad de concentración de la mente. Con ello conseguiremos dirigir la atención al sitio preciso y estabilizarla. El aumento de la concentración trae consigo la serenidad, que nos conduce a calmar la mente, pudiendo con ello comprender y ver la realidad con una mayor claridad, y por lo tanto desarrollar conductas más adecuadas.
Por lo tanto, la práctica del Mindfulness nos puede ayudar a mantener un estado de calma y concentración en aquello que debemos hacer, evitando con ello entrar en un proceso divagante que afecte a nuestra producción y eficiencia.
En el Centro NINTAI de Desarrollo Personal, o bien de manera online, realizamos talleres de Mindfulness que nos pueden ayudar a desarrollar una vida más equilibrada y plena, de igual manera que lo empleamos en muchas terapias de procesamiento del trauma, para lo cual se ha evidenciado una enorme utilidad.
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